miércoles, 5 de septiembre de 2012

Patito de goma diabólico

El ambicioso criminal Chuck Ethereo, el cual ha asegurado siempre tener todo tipo de poderes mentales a cual más chulo, parece haberse columpiado de lindo en sus prácticas esotéricas con el fin de dominar el universo. Gracias a la detención final del Ethereo, y a la consecuente declaración de las personas implicadas en el estrafalario caso, ha podido descifrarse lo ocurrido para estupefacción, y algo de cachondeo, del personal. Ethereo concibió un plan diabólico fundado en su capacidad para transmigrar su conciencia a cualquier otro ente, animado o no. Así, al tipo no se le ocurre mejor idea que reencarnarse en un poderoso androide de su invención con notables capacidades físicas como superfuerza, invulnerabilidad, poderosos rayos de fuego para emitir por los ojos, ilimitadas habilidades domésticas y, también y no menos importante, un notable falo semiorgánico de 35 cm. Después de practicar la metempsícosis de baratillo, realizada en el cuarto de baño de su casa en unas condiciones higiénicas algo cuestionables, la mujer de Ethereo enseguida notó que algo andaba mal. El androide no dio señales de vida, órganos sexuales incluidos, a pesar de los continuos intentos de estimulación sensitiva por parte de la fémina. Sin embargo, uno de los juguetes preferidos de la hija de 4 años de la pareja, un patito de goma de pequeñas magnitudes, empezó a corretear por el lavabo profiriendo gritos irritantemente agudos. El caso es que el ritual de la transmigración no salió del todo bien y la conciencia de Ethereo fue a parar a un ridículo muñeco de látex; sus planes para conquistar el Kòsmos esa misma tarde, digamos que se fueron al traste. El sujeto, a pesar de todo y sin mucho que perder, continuó en su empeño y proclamó sus planes en una transmisión mundial y sin el menor asomo de vergüenza. Las fuerzas policiales, después de un razonable tiempo de hilaridad, no tuvo demasiado problema en buscar y reducir al sujeto. El juicio a Ethereo promete también ser entretenido.



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