domingo, 27 de marzo de 2011

martes, 22 de marzo de 2011

ACTIVIDAD ILÍCITA CON EL CEREBRO DE POLÍTICOS

Informa Ed Wood XVI.- Otro éxito de la Policía Positivista, la fuerza kòsmica interplanetaria encargada de vigilar cualquier desvío científico y/o alteración de la episteme establecida y/o actividad médica o sicoanalítica de dudosa legitimidad y/o/u otras. Esta vez, se ha detenido al doctor Klaus Throphoby, autoconsiderado xenólogo (es decir, el que se ha especializado médicamente en seres extraños) y experto en neurocirugía interespecista (vamos, que lo mismo le da el bicho que tenga delante para abrirle en canal). Todas las evidencias indican que este hombre más bien obedece al perfil de "científico chiflado", tan conocido y valorado por cualquier aficionado al cine de serie Z. El caso es que el doctor Throphoby experimentaba de manera ávida y pertinaz con los cerebros de conocidos representantes públicos del Kòsmos, a los cuales secuestraba con la ayuda de su sicario Aigor, y sometía a extraños sicoanálisis y disecciones cerebrales de lo más sanguinarias. Las intenciones del científico parece que iban dirigidas a demostrar la absoluta ausencia de materia gris, unida al más metafísico vacío mental de índole ontológica, en el cerebro de según qué profesionales, algo que han negado reiteradamente los propios afectados. La Legislación Científica Kòsmica es muy clara al respecto, prohibe tajantemente hurgar en el cerebro de nuestros políticos y no realizar feas especulaciones al respecto. El doctor Throphoby, con una actitud no exenta de altivez, ha declarado trabajar en nombre del conocimiento científico, el cual debe desvelar los misterios más inexplicables como es el caso de que individuos con absoluta ausencia de estímulos neuronales dirijan nuestros designios. Los resultados de tanta experimentación cerebral con la clase política, muchos nos tememos, van a pasar a ser un secreto de sumario. No obstante, nosotros vamos a seguir pidiendo información para la opinión pública. Más que nada, por echarnos unas risas.

El doctor Klaus Throphoby, sorprendido en plena faena con el cerebro de un político.

domingo, 13 de marzo de 2011

viernes, 11 de marzo de 2011

GRAN ÉXITO DE REALITY KÒSMOVISIVO

Informa nuestro iletrado crítico kòsmovisivo Karl Khareo.- Pues sí, de forma sorprendente, todos los récords de share han sido batidos por el programa kòsmovisivo, de formato reality, Soy, porque convivo y especulo. Recordaremos que la idea de encerrar en una vivienda, de reducidas dimensiones, a una docena de extravagantes y plúmbeos filósofos de las más diversas tendencias, algunas incluso contrapuestas y abiertamente agresivas, y hacerlos convivir durante varios meses, mientras las cámaras retransmiten a todo el Kòsmos sus patéticas vivencias, áridas especulaciones y previsibles enfrentamientos, fue rechazada en un principio por varios medios. Sin embargo, la audiencia ha seguido con interés el desarrollo del programa, sin negar el morbo que despierta contemplar durante horas a un filósofo análitico, experto en desarrollos en la lógica, con un especialista en fenomenología del espíritu, e incluso haberse planteado en la dirección del programa incluso su expulsión por haber llegado a las manos. Hay que destacar, en las varias semanas de emisión, los continuos intentos de suicidio que ha llevado a cabo el experto en filosofía existencial, embargado de una supuesta angustia vital. Sin embargo, no pocos de sus compañeros han acusado a este histriónico sujeto de estar haciendo un papel en el programa para ganarse el favor de la audiencia y hacerse con el suculento premio final. Precisamente, dos de los filósofos materialistas participantes han señalado lo primordial de las condiciones económicas en cualquier contexto social y han confirmado que la única realidad que reconocen es el premio final (por supuesto, en metálico). Aunque se esperaban notables enfrentamientos entre estos partidarios del materialismo, autores que presumen de forma pertinaz de tener los pies en la tierra, y los más bien ilusos partidarios de las diversas formas de idealismo, no se han terminado de producir por estar éstos últimos habitualmente, como quien dice, "a años luz de distancia". Los momentos más didácticos y entretenidos, en lo que atañe a la convivencia estricta, y especialmente en el ámbito de la cocina donde la mayoría de estos tipos se encuentran más bien perdidos, los ha aportado el experto en gnoseología, y su afán para desarrollar una episteme exacta para freír correctamente un huevo. La tónica habitual del concurso es dormir, comer y mucho departir, pero de momento, y a pesar de las largas especulaciones al respecto, no se ha observado un mínimo de actividad sexual entre los concursantes. Por otra parte, las controversias se han desatado entre diversos expertos mediáticos del Kòsmos, desde los que defienden el programa por tratarse de "un importante experimento sociológico" (sic), pasando por los que evidencian el hastío insufrible que supone observar a estos sujetos durante solo unos minutos, hasta los que señalan la vacuidad en sus vidas que debe tener la mayor parte de la gente, ya que se enganchan a cualquier cosa que emitan. El éxito de Soy, convivo y especulo no se detiene en la emisión durante las 24 horas de convivencia de estos sujetos en su realidad externa, como corresponde a este tipo de formato, sino que se han generado una serie de debates y programas paralelos en el que se analiza metódicamente las vivencias y pensamiento de los concursantes, se incide en los aspectos más polémicos y se hace participar a todo el kòsmovidente que lo desee. Hay situaciones en el Kòsmos que son de lo más peculiar: una docena de una especie de ascetas, practicantes de algún tipo de sublimación, encerrados en un pequeño espacio, y toda una legión de enajenados observándoles (y tan felices).
 En la imagen, un momento estelar del programa en el que uno de los concursantes, visiblemente airado, hace una brillante réplica ante la tesis de su compañero.

sábado, 5 de marzo de 2011

miércoles, 2 de marzo de 2011

EL VIAJE A EUDAIMONIA

Informa nuestro ínclito reportero Paul Vazho.- Una de las grandes preocupaciones de las civilizaciones avanzadas del Kòsmos ha supuesto, desde tiempo inmemorial, la búsqueda de la felicidad. Las especulaciones al respecto fueron numerosas, y no pocas las expediciones que se embarcaron en pos de algo que muchos han considerado una simple quimera que ha conllevado demasiados quebraderos de cabeza. Ahora, el capitán Bartholomew B. Bartelby, al mando de la nave comercial urraniana Nicómaco, la cual ha vuelto recientemente de un lejano viaje, se ha descolgado con unas sorprendentes declaraciones en las que asegura haber encontrado el lugar exacto en el Kòsmos donde se encuentra la felicidad. Un error de ruta en la Nicómaco les condujo hacia un sistema no muy transitado llamado Eudaimonia, el sitio de marras donde Bartelby afirma haber encontrado algo que describe, y citamos palabras textuales para desprendernos de toda responsabilidad en el ridículo, "plenitud de su ser". "Fue adentrarnos en el sistema de Eudemonia y sentir una serenidad de espíritu y templanza de ánimo inimaginable hasta ese momento", ha declarado Bartelby. Hay que decir que la tripulación de la Nicómaco ha desvelado las interminables horas que su capitán pasaba en soledad en su camarote escribiendo textos incomprensibles en el cuaderno de bitácora y profieriendo extraños sonidos guturales. Un oficial, que prefiere permanecer en al anonimato, es de la opinión que el capitán Bartelby "ha sufrido un exceso de radiación kòsmica" y las consecuencias son evidentes".
El sistema de Eudaimonia tiene unos parajes bonitos, eso sí, tal vez para pasar una vacaciones.