domingo, 6 de febrero de 2011

IRRISORIA INFILTRACIÓN POLICIAL

Informa Chester Gilbert Keith.- El desmantelamiento policial del grupo subversivo Ex Nihilo ha tenido un desenlace de lo más peculiar. Resulta que sus siete componentes, apodados con llamativos nombres de constelaciones, han resultado ser todos ellos miembros de diversas fuerzas policiales. Las explicaciones de las autoridades kósmicas no es que hayan desprendido de ridículo precisamente a la operación, mientras que algunas voces críticas señalan el exceso de actividad policial en el Kòsmos con infinidad de cuerpos de naturaleza local, municipal, regional, estatal, federal, planetaria, interestatal, interplanetaria, galáctica, kòsmica, universalista, y un largo etcétera. Esto es así, que parece haber ya más tipos uniformados de mandíbula cuadrada, haciendo la ronda y asegurando proteger al personal de no se sabe muy bien qué, que civiles tratando de llevar una vida medio normal. No es de extrañar, por lo tanto, que los diversos departamentos policiales creados ex profeso para combatir alguna corriente subversiva, real o imaginaria, se aburran de lo lindo y decidan infiltrar a sus miembros allá donde puedan. Han sido notorios los casos al respecto, como el de aquel núcleo familiar sospechoso de actividades incestuosas, que vio como un buen día apareció en la salita de estar de su casa un nuevo pariente que resultó ser el heroico sargento Kirk Kilpatrick, el cual acabaría posteriormente en tratamiento debido a un caso agudo de síndrome de Estocolmo. Uno de los casos más longevos de infiltración policial se produjo en la Asociación de Glucofilia, que suena a filia sexual, pero no, se trata del coleccionismo de envoltorios de azúcar. Algún lumbreras de algún departamento policial quiso observar algún tipo de actividad ilícita y subversiva entre los glucófilos, y allá que se infiltró el recién licenciado cadete Danny Valor, el cual alcanzó la senectud siendo muy aficionado a coleccionar memeces. Sin embargo, hasta ahora no se había dado el caso de que los miembros policiales crearan ellos solitos una organización en la cual infiltrarse, como ha sido el caso de la muy adecuadamente denominada Ex Nihilo, lo cual con seguridad ha sido producto de un nuevo síndrome patológico que no tardará en recibir un llamativo nombre. El grupo, supuestamente integrado por individuos de ideas ácratas y nihilistas, estaba sin embargo ferozmente jerarquizado, lo cual constituye una paradoja que no extrañó lo más mínimo a ninguno de estos cabezas de chorlito uniformados. La cabeza de Ex Nihilo era el miembro conocido como Draco, el cual tenía el plan de enfrentar entre sí a los miembros del grupo subversivo, cosa que acabó consiguiendo, y muy bien además, con dramáticos resultados para los policías. Este enfrentamiento se ha elevado a las diversas fuerzas policiales, las cuales se culpan entre sí del irrisorio infiltramiento múltiple en un grupo inexistente. Como dijo el clásico, "por sus obras los conoceréis".

Fuerzas policiales hay infinidad en el Kòsmos, pero todas ellas tienen algo en común y es lo brutitos que son.

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