Aislado el virus del papanatismo
Un grupo de científicos ha logrado aislar y fotografíar el virus que se ha bautizado como papanatus tremendus. Si hasta ahora se pensaba que, en general, las personas eran bastante imbéciles sin más, parece que no, que todo es cosa de este micrororganismo habitual en las células de todo individuo que se precie en el Kòsmos. Los autores del descubrimiento han asegurado que, si lograra erradicarse el virus del metabolismo de las especies avanzadas del Kòsmos, cundiría la inteligencia y la independencia de juicio. Sin embargo, continúan, va a ser francamente difícil hacerlo.
Acto terrorista escéptico
Otro golpe importante de la red terrorista fundamentalista filosófica SS (Skeptic Structure), la cual se esfuerza y empecina en sembrar la duda en todos los sistemas instituidos del Kòsmos, políticos, religiosos y normativos en general, y lo que acaba logrando es tocar las gónadas sobremanera. Esta vez, el acto terrorista se ha producido en la terminal XXVII del espacio-puerto Virgin Galactic, en el planeta Urras, produciéndose numerosas víctimas que aseguran ahora la imposibilidad de acceder a verdad alguna y que la realidad es incognoscible. El modus operandi ha sido el habitual en esta banda de desalmados ilustrados librepensadores, al colocar dispositivos cognitivos de alta tecnología en lugares de asistencia masiva, los cuales se activan a distancia e incitan a las personas decentes a indagar y cuestionar el mundo que han puesto ante sus ojos.
Nuevo y estrafalario culto
Si solo fuera cosa de un individuo, pensaríamos que se trata de un delirio, pero como es cosa ya de unos cuantos, están empezando a llamarlo religión. Así es, los feligreses del nuevo culto aseguran creer en una deidad denominada Bertrand, omnipotente, omnisciente y con forma de tetera. La libertad de culto en el Kòsmos nos obliga a contener la risa y a respetar la inexplicable tendencia de las especies desarrolladas a creer, sacralizar y venerar toda suerte de objetos ilusorios (e irrisorios).
Trágico final de partido
El enfrentamiento entre los dos equipos punteros de la Liga de Bollocks-ball, el Atlético Inmanente y el Real Club Trascendente, tuvo un final dramático. Si bien el desarrollo del partido había tenido un nivel de juego aceptable y una encomiable deportividad, en su primera mitad, hasta el punto de que la cosa estaba ya dando un poco de asquito, en el comienzo de la segunda se produjo una salida de tono del delantero del Atlético Spinoza al realizar una fea entrada al decrépito defensa rival Parménides, alguien de avanzada edad que no está ya para muchos embates filodeportivos. El colegiado del partido, Mejuto Mojamuto, fue incapaz entonces de poner orden en la consecuente trifulca entre numerosos jugadores de ambos bandos, los cuales se enzarzaron, se zarandearon y se llegó incluso a algún inadmisible tocamiento de gónadas. El resultado fue de siete expulsados, Descartes, Leibniz y Hume, por los inmanentes, y Platón, Kant, Kierkegaard y el joven Heidegger, el cual lanzó ininteligibles palabras camino del vestuario, por el lado trascendente. Los enfrentamientos entre dos concepciones irreconciliables del deporte y de la vida continuaron en la calle, cuando un grupo de fanáticos aficionados al Trascendente espetaron a los rivales algo relativo a la perdurable esencia del Ser, con provocativas referencias al alma y la inmortalidad, lo cual provocó una lógica tensión en los seguidores del Inmanente, los cuales no tardaron en liarse a hostias nada dialécticas.
Un grupo de científicos ha logrado aislar y fotografíar el virus que se ha bautizado como papanatus tremendus. Si hasta ahora se pensaba que, en general, las personas eran bastante imbéciles sin más, parece que no, que todo es cosa de este micrororganismo habitual en las células de todo individuo que se precie en el Kòsmos. Los autores del descubrimiento han asegurado que, si lograra erradicarse el virus del metabolismo de las especies avanzadas del Kòsmos, cundiría la inteligencia y la independencia de juicio. Sin embargo, continúan, va a ser francamente difícil hacerlo.
Acto terrorista escéptico
Otro golpe importante de la red terrorista fundamentalista filosófica SS (Skeptic Structure), la cual se esfuerza y empecina en sembrar la duda en todos los sistemas instituidos del Kòsmos, políticos, religiosos y normativos en general, y lo que acaba logrando es tocar las gónadas sobremanera. Esta vez, el acto terrorista se ha producido en la terminal XXVII del espacio-puerto Virgin Galactic, en el planeta Urras, produciéndose numerosas víctimas que aseguran ahora la imposibilidad de acceder a verdad alguna y que la realidad es incognoscible. El modus operandi ha sido el habitual en esta banda de desalmados ilustrados librepensadores, al colocar dispositivos cognitivos de alta tecnología en lugares de asistencia masiva, los cuales se activan a distancia e incitan a las personas decentes a indagar y cuestionar el mundo que han puesto ante sus ojos.
Nuevo y estrafalario culto
Si solo fuera cosa de un individuo, pensaríamos que se trata de un delirio, pero como es cosa ya de unos cuantos, están empezando a llamarlo religión. Así es, los feligreses del nuevo culto aseguran creer en una deidad denominada Bertrand, omnipotente, omnisciente y con forma de tetera. La libertad de culto en el Kòsmos nos obliga a contener la risa y a respetar la inexplicable tendencia de las especies desarrolladas a creer, sacralizar y venerar toda suerte de objetos ilusorios (e irrisorios).
El enfrentamiento entre los dos equipos punteros de la Liga de Bollocks-ball, el Atlético Inmanente y el Real Club Trascendente, tuvo un final dramático. Si bien el desarrollo del partido había tenido un nivel de juego aceptable y una encomiable deportividad, en su primera mitad, hasta el punto de que la cosa estaba ya dando un poco de asquito, en el comienzo de la segunda se produjo una salida de tono del delantero del Atlético Spinoza al realizar una fea entrada al decrépito defensa rival Parménides, alguien de avanzada edad que no está ya para muchos embates filodeportivos. El colegiado del partido, Mejuto Mojamuto, fue incapaz entonces de poner orden en la consecuente trifulca entre numerosos jugadores de ambos bandos, los cuales se enzarzaron, se zarandearon y se llegó incluso a algún inadmisible tocamiento de gónadas. El resultado fue de siete expulsados, Descartes, Leibniz y Hume, por los inmanentes, y Platón, Kant, Kierkegaard y el joven Heidegger, el cual lanzó ininteligibles palabras camino del vestuario, por el lado trascendente. Los enfrentamientos entre dos concepciones irreconciliables del deporte y de la vida continuaron en la calle, cuando un grupo de fanáticos aficionados al Trascendente espetaron a los rivales algo relativo a la perdurable esencia del Ser, con provocativas referencias al alma y la inmortalidad, lo cual provocó una lógica tensión en los seguidores del Inmanente, los cuales no tardaron en liarse a hostias nada dialécticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario