Informa nuestro reflexivo reportero Stanislaw Tarkovski.- Como lo oyen, todo una forma de vida planetaria ha sido imputada por considerables cargos, siendo los más graves los de indolencia pertinaz y provocación intolerable hacia el aburrimiento más plomizo. Recordemos que el planeta Solaris está recubierto de una especie de océano celular de contenido protoplasmático, cuya apariencia es la de un caldo espeso, y que se considera que todo él constituye una forma de vida de gran inteligencia. Las civilizaciones más avanzadas del Kòsmos han acudido una y otra vez al peculiar océano para tratar de comunicarse con él recibiendo, no solo la callada por respuesta, sino existiendo la sospecha permanente de que cada individuo que se le ha acercado ha sido sometido a algunos análisis de tipo síquico y rectal. Esto último son solo conjeturas, ya que los únicos síntomas observados, al entrar en contacto con la presumiblemente tóxica atmósfera de Solaris, han sido una conducta errática y una visible sonrisa idiota identificada como alguna suerte de sensación orgásmico-mental. Como se sospecha que esta forma orgánica con apariencia de sopa de guisantes posee una gran consciencia y una elevada capacidad síquico-cognitiva, las diversas autoridades no se han tomado nada bien la permanente ausencia de respuestas y de ahí que se presenten las mencionadas acusaciones de indiferencia hacia lo que se han considerado visitas amistosas y de interés científico, dejando en evidencia a los más prestigiosos expertos. Algunos científicos han declarado que la soberbia de algunas civilizaciones kòsmicas no tienen límites y que hay que tener en cuenta que es muy posible que nosotros, los que no consideramos inteligentes, no seamos más que una forma de vida muy inferior para este evolucionado y extraño ser. Por si hay quien no se entera todavía, esto es como si un microorganismo presentara algún tipo de cargo jurídico contra el
homo erectus, por lo que el ridículo que se puede hacer al montar este circo es inimaginable. Por si no tuvieran suficiente, algunos mandos militares, todavía más estúpidos que lo dirigentes políticos, se frotan las manos al pensar en un ataque bélico dirigido contra una forma de vida cuya capacidad desconocemos. Se sospecha que vamos a acabar teniendo algo más que un disgusto.
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El océano de Solaris, que bajo una apariencia de puré de guisantes puede ser una consciencia que sobrepasa toda forma de vida conocida en el Kòsmos. |
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