Informa nuestro ínclito reportero Hart Itho Stoy.- Una de los formas vacacionales más extendidas del periodo estival están siendo diferentes formas de peregrinaje. Esto se entiende como estar andando durante días por tierras extrañas, que ya son ganas, con alguna clase de objetivo final, que suele ser un lugar con solera más o menos carismático al cual acuden los caminantes en tropel llenos de alegría y alborozo. Recordaremos que esta tradición tiene un origen religioso, según la cual algún individuo aquejado de "misticismo" (aunque este término era sinónimo antiguamente de "perfección espiritual", la ciencia médica demostró tiempo después que eran en realidad unas purgaciones con afecciones a la uretra y al cerebro) acudía por devoción al lugar de peregrinaje con la intención de alcanzar el éxtasis y la enajenación máximas. Son muy conocidas algunos lugares de peregrinaje, como es el caso del llamado Camino del Embriago, cuyo nombre no necesita demasiado explicación, situado en las zonas más agrestes del planeta Hispalis, o el satélite Mekhus, el cual gira sobre el planeta Ibrahim, en el que hay situado una especie de monolito, con una forma que a muchos recuerdan una verga de descomunales proporciones, sobre el que los peregrinos daban vueltas una y otra vez en honor a vaya usted a saber qué deidad. Como las viejas creencias absurdas son reemplazadas por nuevas aficiones estúpidas, ahora no se necesita motivo alguno para estar andando de forma interminable por alguna ruta, antes inexplicablemente sagrada, hoy inútilmente secularizada. Hoy en día, se dice que el único éxtasis que alcanzan los caminantes se debe a los roces que produce el pantalón en la entrepierna durante las incontables horas de andadura, pero que la enajenación sigue siendo la misma en forma de los muy peculiares rituales que lleva a cabo un neoperegrino sin demasiado sentido del ridículo. Los turistas, caminantes o peregrinos, llamémosles como queramos, son fácilmente identificables: suelen ir semidesnudos, no pueden evitar una estúpida sonrisa en su rostro y van ataviados con un gorro de dudoso gusto, con un palo largo, con el que suelen hacer posturitas incalificables, y con una mochila cargada con inescrutable material.
 |
| Mekhus, uno de los mayores lugares de peregrinación, lo que demuestra que los creadores de la religión a veces tienen sentido del humor. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario