martes, 22 de marzo de 2011

ACTIVIDAD ILÍCITA CON EL CEREBRO DE POLÍTICOS

Informa Ed Wood XVI.- Otro éxito de la Policía Positivista, la fuerza kòsmica interplanetaria encargada de vigilar cualquier desvío científico y/o alteración de la episteme establecida y/o actividad médica o sicoanalítica de dudosa legitimidad y/o/u otras. Esta vez, se ha detenido al doctor Klaus Throphoby, autoconsiderado xenólogo (es decir, el que se ha especializado médicamente en seres extraños) y experto en neurocirugía interespecista (vamos, que lo mismo le da el bicho que tenga delante para abrirle en canal). Todas las evidencias indican que este hombre más bien obedece al perfil de "científico chiflado", tan conocido y valorado por cualquier aficionado al cine de serie Z. El caso es que el doctor Throphoby experimentaba de manera ávida y pertinaz con los cerebros de conocidos representantes públicos del Kòsmos, a los cuales secuestraba con la ayuda de su sicario Aigor, y sometía a extraños sicoanálisis y disecciones cerebrales de lo más sanguinarias. Las intenciones del científico parece que iban dirigidas a demostrar la absoluta ausencia de materia gris, unida al más metafísico vacío mental de índole ontológica, en el cerebro de según qué profesionales, algo que han negado reiteradamente los propios afectados. La Legislación Científica Kòsmica es muy clara al respecto, prohibe tajantemente hurgar en el cerebro de nuestros políticos y no realizar feas especulaciones al respecto. El doctor Throphoby, con una actitud no exenta de altivez, ha declarado trabajar en nombre del conocimiento científico, el cual debe desvelar los misterios más inexplicables como es el caso de que individuos con absoluta ausencia de estímulos neuronales dirijan nuestros designios. Los resultados de tanta experimentación cerebral con la clase política, muchos nos tememos, van a pasar a ser un secreto de sumario. No obstante, nosotros vamos a seguir pidiendo información para la opinión pública. Más que nada, por echarnos unas risas.

El doctor Klaus Throphoby, sorprendido en plena faena con el cerebro de un político.

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