viernes, 3 de diciembre de 2010

DENUNCIAS A KÒSMOKLAVE POR SU NUEVA TECNOLOGÍA

Informa Julius H. Firefly.- Esta gran compañía, responsable de la difusión de programas interactivos de diversa índole que llegan hasta el último rincón del Kòsmos, y que atrapan al espectador en sentido bastante literal, ha empezado a recibir un número considerable de demandas de lo más variopintas. Desde que empezó a emitir con la nueva, y revolucionaria, técnica de Kósmovisión Interactiva, algunas voces han querido encender la polémica. Si hace decenios que las especies kósmicas se muestran adocenadas gracias a los terminales de Kósmovisión, aparatos que forman parte de su vida cotidiana (incluso en algunos casos forman parte de su cuerpo como es el caso de los nuevos ciborgs kósmovisivos, tan resultones en lo estético como ridículos en lo ontológico), ahora el grado de estulticia y enajenación, características inherentes a la filosofía kòsmovisiva, ha querido dar un paso hacia adelante. La nueva técnica es capaz de generar formas de vida bioelectrónicas, fieles a los principios de cualquier tipo de programa kosmovisivo, capaces de penetrar a través del terminal en los hogares del espectador y de conminarle a que participe activamente en lo que se le está ofreciendo, ya estemos hablando de unos informativos o del espectáculo más lúdico. El objetivo es que la persona que observa el aparato no tenga la más mínima capacidad de reflexión personal y sea atrapado por el momento kòsmovisivo de manera permanente, no vaya a ser que a alguien le dé por tomar sus propias decisiones.
A pesar de que KòsmoKlave ha indicado una y otra vez que sus técnicas para captar la atención del espectador son de lo más sutiles y placenteras, en algunas de las demandas pueden leerse situaciones en las que una especie de matón electroenergético, de forma semihumanoide, se ha aparecido en el salón del demandante y le ha asestado un par de guantazos bien dados con el fin de que no perdiera el hilo de algún programa kòsmovisivo. No han sido pocas las protestas que tienen que ver con los numerosos momentos publicitarios en los que, antes de que pueda reaccionar el espectador y sea consciente de la necesidad o no del producto de consumo en cuestión, ya se le ha endosado el mismo en cualquier parte de su cuerpo (y no es una manera de hablar). En otras ocasiones, el espectador litigante ha descrito situaciones en la que un torrente energético irresistible le ha obligado a convertirse en un contertulio kosmovisivo de los más plomizo y ridículo, obligando incluso a la pasiva víctima a interiorizar una determinada visión del Kòsmos.
En cualquier caso, KòsmoKlave resta importancia a estas demandas y protestas, muy minoritarias para la compañía, ya que las emisiones con la nueva técnica son para ellos un éxito incuestionable. El director general de KósmoKlave para el Sector 4, Lukacs Skychannel, ha afirmado rotundamente: "Jamás hemos empleado la violencia en nuestro métodos, y eso que son muchos los espectadores que nos escriben con actitudes masoquistas, pero nuestro código deontológico nos impide realizar dichas actividades" (insistiremos en la exactitud de las palabras pronunciadas "código deontológico", algo cuya existencia no ha podido demostrarse). "La mayor parte de las especies kòsmicas", continúa Skychannel, "desea evasión, enajenación y una visión del mundo simple y preestablecida, y nosotros le proporcionamos todo ello, no con métodos vastos como en otros tiempos, y sí gracias a los avances tecnológicos". Seguiremos informando, pero todo pinta a que poco tienen que hacer los ilusos demandantes para demostrar esas humillaciones y agravios electroenergéticos.

La mano de las nuevas tecnologías, dispuesta a atrapar a cualquier incauto.

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