A pesar de que KòsmoKlave ha indicado una y otra vez que sus técnicas para captar la atención del espectador son de lo más sutiles y placenteras, en algunas de las demandas pueden leerse situaciones en las que una especie de matón electroenergético, de forma semihumanoide, se ha aparecido en el salón del demandante y le ha asestado un par de guantazos bien dados con el fin de que no perdiera el hilo de algún programa kòsmovisivo. No han sido pocas las protestas que tienen que ver con los numerosos momentos publicitarios en los que, antes de que pueda reaccionar el espectador y sea consciente de la necesidad o no del producto de consumo en cuestión, ya se le ha endosado el mismo en cualquier parte de su cuerpo (y no es una manera de hablar). En otras ocasiones, el espectador litigante ha descrito situaciones en la que un torrente energético irresistible le ha obligado a convertirse en un contertulio kosmovisivo de los más plomizo y ridículo, obligando incluso a la pasiva víctima a interiorizar una determinada visión del Kòsmos.
En cualquier caso, KòsmoKlave resta importancia a estas demandas y protestas, muy minoritarias para la compañía, ya que las emisiones con la nueva técnica son para ellos un éxito incuestionable. El director general de KósmoKlave para el Sector 4, Lukacs Skychannel, ha afirmado rotundamente: "Jamás hemos empleado la violencia en nuestro métodos, y eso que son muchos los espectadores que nos escriben con actitudes masoquistas, pero nuestro código deontológico nos impide realizar dichas actividades" (insistiremos en la exactitud de las palabras pronunciadas "código deontológico", algo cuya existencia no ha podido demostrarse). "La mayor parte de las especies kòsmicas", continúa Skychannel, "desea evasión, enajenación y una visión del mundo simple y preestablecida, y nosotros le proporcionamos todo ello, no con métodos vastos como en otros tiempos, y sí gracias a los avances tecnológicos". Seguiremos informando, pero todo pinta a que poco tienen que hacer los ilusos demandantes para demostrar esas humillaciones y agravios electroenergéticos.
La mano de las nuevas tecnologías, dispuesta a atrapar a cualquier incauto. |
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